¿Cuántos de los lectores de este capítulo tendrán una tablet? ¿Cuántos de hecho lo estarán precisamente leyendo en una? Las tablets actualmente son una herramienta de trabajo y un gran apoyo en los colegios y universidades. Piensa por ejemplo en lo práctico que es para un estudiante de medicina poder tener consigo todos sus libros en formato digital, en vez de tener que escoger uno o dos para llevar.
Sin embargo, no siempre ha sido así. Aunque las tablets ya tenían mucho tiempo en el mercado, no se volvieron populares sino hasta que llegó el iPad. ¿Qué tenía el iPad que no tuvieran las demás? A decir verdad, no mucho. Sí es cierto que el iPad superó a su competencia, pero las demás tablets no se quedaban tan atrás. Entonces, ¿qué supo hacer bien Apple? ¿o qué hicieron mal sus competidores? ¿por qué los demás no lograron hacer de las tablets algo habitual —y para muchos incluso necesario—, como lo hizo el iPad?
Para que un producto pueda tener éxito es necesario que sea muy bueno, y el iPad lo era. Pero de nada sirve que el producto sea muy bueno si nadie lo conoce, o si al conocerlo no entienden los usos que le pueden dar, o no perciben los grandes beneficios de tenerlo, o no se enteran de las verdaderas ventajas frente a la competencia, etc.
Para que el iPad pudiera ser tan popular como es, hizo falta no sólo tener un buen producto, sino saberlo comunicar. Es ahí donde fallan algunas empresas. Por eso es tan importante que las empresas den suficiente importancia a las actividades estratégicas de mercadotecnia y no sólo a las técnicas u operativas. Es crucial para el éxito de los negocios saber comunicar el valor de tu producto, y hacerlo bien.